martes, 17 de marzo de 2009

El reloj corporal regula el metabolismo, y viceversa


Los ritmos circadianos, una suerte de reloj biológico del cuerpo, están íntimamente relacionados con el metabolismo celular: el correcto funcionamiento de ambos depende de que logren establecer un equilibrio.

Así lo afirma hoy un equipo de investigadores de la University of California-Irvine (EEUU), dirigido por Paolo Sassone-Corsi, en la publicación "Science Express".

Los científicos afirman que el descubrimiento del enlace entre los ritmos circadianos y la energía celular puede contribuir a comprender las pautas que sigue el organismo durante el día y la noche.

Además, sostienen que podría ayudar a diseñar nuevos tratamientos contra el cáncer, la diabetes, la obesidad y una variedad de enfermedades relacionadas.

Los ritmos circadianos de 24 horas gobiernan las funciones fisiológicas fundamentales en casi todos los organismos, son sistemas esenciales para que los cuerpos midan el tiempo, se anticipen a los cambios medioambientales y se adapten a las distintas horas del día.

El trastorno de ese reloj corporal puede influir mucho en la salud humana y los investigadores asocian esos desórdenes a la obesidad, la diabetes, el insomnio, la depresión, las enfermedades coronarias y el cáncer.

El equipo investigador ha descubierto que los ritmos circadianos y el metabolismo están íntimamente relacionados para asegurar que las células funcionan adecuadamente y se mantienen sanas.

El propio Sassone-Corsi detectó que la proteína CLOCK, un engranaje molecular esencial de la maquinaria circadiana, interactúa con la proteína SIRT1, que detecta los niveles de energía de las células y modula el envejecimiento y el metabolismo.

Ahora, ha descubierto que ambas trabajan en equilibrio para dirigir la actividad por la que las proteínas metabólicas envían señales, llamada NAD+ sendero de rescate.

Una proteína clave de ese sendero, NAMPT, ayuda a su vez a controlar los niveles de la proteína CLOCK.

Por tanto, se crea una codependencia estrictamente regulada entre el reloj circadiano y el metabolismo.

"Cuando se rompe el equilibrio entre estos dos procesos vitales, la función celular puede fallar. Y eso puede terminar en enfermedad", explica Sassone-Corsi.

Tras sus hallazgos, los investigadores sugieren que un sueño y una dieta adecuados pueden ayudar a mantener o recuperar ese equilibrio.

Asimismo, consideran que podrían explicar por qué la falta de descanso o el trastorno del sueño pueden aumentar el hambre y eso lleva a desencadenar enfermedades relacionadas con la obesidad y el envejecimiento acelerado.

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