lunes, 7 de julio de 2008

Nuevo plan para retrasar el envejecimiento



Dieta. Las tres comidas diarias son muy importantes para esta meta
En esto no vale el “que me quede como estoy”. Al proceso de envejecimiento, o se mete la marcha atrás o se le acelera. Ahora se sabe que depende del equilibrio de las hormonas y que en él influye, sobre todo, la dieta. Cada comida puede ser un pasito para adelante o un pasito para atrás. Da igual la edad que tenga en estos momentos, nunca es tarde para empezar a cuidarse, aunque cuanto antes lo haga es mejor. Piensa que le quedan muchos años por delante (recientes estudios de la Universidad estadounidense de Harvard afirman que en el 2025 la mujer podrá llegar hasta los 130 años y la esperanza de vida media se situará en los 90 años.
Según explica Barry Sears en su libro “Rejuvenecer en la zona”, el envejecimiento es un proceso que depende de las hormonas. El equilibrio hormonal correcto hará más lento el envejecimiento, mientras que, al contrario, el desequilibrio lo acelerará.
La causa fundamental del proceso no es necesariamente la falta de ciertas hormonas, sino cómo pierden éstas su capacidad para comunicarse entre sí y mantener el equilibrio.
La comida, el mejor medicamentoNo hablamos de una dieta adelgazante, sino una nueva forma de comer que frena el envejecimiento. Eso si la pérdida de grasa es uno de sus efectos secundarios. Según Sears, el exceso de insulina en la sangre, la hormona que transporta los nutrientes a las células, es la causa más importante del envejecimiento. Con la edad, el cuerpo produce más insulina, y ello influye sobre otros sistemas hormonales (cada marcador biológico del envejecimiento se ve negativamente afectado). La solución: invertir el proceso de envejecimiento en cada comida.
Tome carbohidratos de baja densidad (frutas y verduras, ricas además en vitaminas y minerales), fáciles de metabolizar con poca insulina y que producen un exceso de glucosa y radicales libres. Los de alta densidad (cereales, legumbres, harinas) no son recomendables porque sí provocan una gran descarga de insulina. También son necesarias las proteínas (aportan aminoácidos esenciales para los músculos y las grasas vegetales, que proveen de ácidos grasos esenciales para la fabricación de eicosanoides, necesarios para comunicar a todas las hormonas. Incluya en el desayuno, comida y cena unos 90 gramos de proteína de bajo contenido en grasa (pavo, pollo, pescado). Luego divida mentalmente. Trate de terminar cada comida con una fruta diferente para que no aburra.

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